Al descanso, la Roma era campeona con los mismos puntos que el Inter, 80, gracias al goal average directo. Más que literatura lo que iba a funcionar en los últimos 45 minutos en Verona era la radio. El campeonato se iba a decidir en el estadio Artemio Franchi de Siena.
Nada más salir de los vestuarios, Motta cometió una mano dentro del área que podría haber cambiado el signo del campeonato, pero el árbitro no la vio y fue Mourinho quien cogió las riendas de su destino e introdujo a Pandev por Motta. Los 'neroazzurri' se iban decididamente al ataque y, como premio a esa valentía, llegó el gol de Milito tras definir con nervios de acero ante la salida de Curci.
El Inter era virtual campeón y lo iba a ser hasta el final del partido, pese a que sufrió un par de sustos que pudieron costarle muy caro, pero un Siena sin argumentos no iba a ser precisamente quien frenase a Mourinho en su reto de conseguir los tres títulos en un mismo año.
Miguel Ángel Carrasco López
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